miércoles, 17 de agosto de 2011

Sobre Chismes y Rumores

Consciente o inconscientemente, todos tenemos una imagen de quienes nos rodean o con quienes interactuamos, sea cercana u ocasionalmente, dicha imagen suele basarse en el comportamiento de las personas y forma parte del arsenal de aprendizaje del medio donde nos desenvolvemos. Es frecuente que esta imagen de pie a que establezcamos juicios sobre dichas personas y sobre lo que estas dicen o hacen. 

Hasta aqui el asunto se reduce a nuestras percepciones particulares, el problema viene cuando externamos estas percepciones y damos origen los chismes y a los rumores.

Ambos conceptos se entrelazan,  el rumor se entiende como una noticia sin confirmar que se difunde entre el público (el cual va desde una comunidad pequeña hasta el planeta entero) mientras que el chisme se refiere a una murmuración falsa, verdadera o -frecuentemente- como una mezcla de ambas, relativa a un tercero con el fin específico de causar un impacto (frecuentemente negativo) sobre dicha persona. De esta forma, es frecuente que un chisme de origen a un rumor o que un rumor de origen a un chisme, en ambos casos, la víctima siempre es la verdad (y los objetos del rumor desde luego).

Un estudio reciente publicado en Science nos muestra que en cierta forma estamos diseñados para el chisme, pues  estamos programados para integrar información negativa de una forma más eficiente, de esta forma "El rumor, entendido como un tipo de aprendizaje social, es una poderosa forma de aprender de quién hacerse amigo y -aun más importante- a quién evitar; todo esto, sin el costoso y demoroso proceso de aprenderlo de primera mano".


Aunque quizas con estos datos muchos se sientan tentados a justificarse por ser chismosos, lo cierto es que el estudio hace énfasis en el rumor como elemento presente en nuestra diaria convivencia, pero no como forma de vida de muchas personas.

Pocas personas tienen tan mala reputación como los chismosos, saben que su autoestima sube en el momento en el que se sienten el centro de la atención al soltar el rumor y quizas ese sea el encanto que encuentran a su "labor". De especial cuidado son aquellos que difunden los chismes mediante métodos planeados cuidadosamente pues dan origen a situaciones que van desde la desestabilización de las relaciones entre amigos, parejas, organizaciones hasta incluso paises completos. 

En el mundo de la comunicación, en la era de Internet y de las Redes Sociales, el esparcimiento de los rumores es exponencial y debemos estar atentos a no dejarnos seducir por lo primero que nos impresiona en un mail (caso de las cadenas y los hoaxes o bulos) o en un rumor de facebook,  los cuales frecuentemente pueden ocasionar efectos que van desde la infección de nuestras computadoras hasta el dirigir nuestros hábitos comerciales (caso de los celebres numerati). En todo caso, más vale no creernos todo lo que nos dicen y sobre todo no contribuir a la difusion de "lo que me contaron, lo que me mandaron o lo que me llegó" sin antes confirmar la veracidad y sus posibles consecuencias. 





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